lunes, 18 de junio de 2012

Jarramplas

Mi querido Pedro acaba de dejarme KO. Resulta que hay un pueblo de Cáceres llamado Piornal donde hay un personaje popular llamado Jarramplas que recibe el castigo del pueblo, siendo blanco del lanzamiento de vegetales (antes, patatas: ahora, nabos, que hacen menos daño y son más baratos) como chivo expiatorio de los pecados. Su nombre es Jarramplas, y en la foto podéis ver la liturgia de ese día señalado, el día de Jarramplas, que, incomprensible e inopinadamente, es parecidísimo al Zarrajo, que me inventé para la novela El asedio. No es la primera vez que me sucede. Muchas veces fantaseas sobre las posibilidades de una situación, y aventuras unos hechos, que crees que difícilmente hayan sucedido, para encontrarte después con la enorme sorpresa de que sí que han sucedido, y exactamente igual que como tú los has relatado. Fantástica, la realidad; qué pobre, la ficción. Pero me da igual. El Zarrajo está ahí, un híbrido de varios otros personajes carnavalescos, chivos expiatorios, objeto de expiación, diana de la brutalidad y la venganza del hombre común. No hay nada nuevo bajo el sol.
Por favor, que no me denuncien.

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