sábado, 14 de enero de 2012

Sueña un sueñecito

No estoy haciendo proposiciones deshonestas ni incito a la gente al pasmo, simplemente, como suelo, traduzco el título de una de esas canciones procedentes de la década de los treinta (esta, exactamente de 1931), y que se convirtió en un standard de la música popular y el jazz. Dream a little dream  ha sido versionada por gente tal como Ella Fitzgerald, Mamas and the Papas, Sinatra, Diana Krall, Michael Bubblé y decenas de otros. Esta es la versión de The Beautiful South, grupo que formaron los creadores de The Housemartins cuando se les agotó el rollito. Es la típica canción que asocias a esas escenas de película, en que la gente se apeñusca en torno a un piano, mientras alguien canta la melodía. Muy americano, ¿verdad? Fue la banda sonora de la comedia French Kiss.



Y ahora que cito a Ella Fitzgerald, una de las voces más grandes de la historia del jazz, aquí tenéis el homenaje que le hizo a finales de los ochenta la guapa madurita francesa France Gall, canción que luego versionó una peloura llamada Kate Ryan para    loor de las pistas de baile. Ella elle l'a, una canción a la que tengo un cariño especial, pues me recuerda aquel viaje que hicimos mi hermana Susana y yo a Grecia, en 1988 (a ella también se la recuerda, la pobre tuvo que aguantarme tarareando "elaelá, uu" todo el rato), aquellas vistas inconcebiblemente bellas de Santorini, aquella moussaka indigerible que osé comer en Plaka, aquel calor inconcebible en Creta, aquel mareo brutal en el ferry a Santorini, la obra de teatro inglesa hecha por un grupo de teatro ruso con folleto explicativo en griego en el Odeón, el pasmo ante Micenas, el nirvana en el palacio de Knossos, aquel viaje de regreso infernal... La canción siempre quedará con un archivo adjunto al recuerdo. Siempre es, siempre será así.

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