viernes, 26 de noviembre de 2010

Payasos



Cuando era pequeño, parecía como si a todo el mundo le gustara el circo. A mí, en cambio, me producía una inmensa tristeza. Por supuesto que era diferente ver los grandes circos profesionales europeos y ver esos de pueblo a los que tenías acceso. Y esos me bajaban el alma a los pies. Los trapecistas fallaban y caían en la red, los leones estaban desnutridos como si hubieran pasado la vida en Treblinka, los trajes más que de oropel eran de mercadillo, y los payasos... ay, los payasos. Yo intentaba reírme con sus gracias, pero me resultaba imposible, y era horrible oír los abucheos de los demás niños, crueles por definición. Los payasos eran lo más triste que había visto en mi vida, nada que ver con los Payasos de la tele, esos molaban porque eran distintos. Es que, la verdad, a mí ni el gran Charlie Rivel me hacía ni puñetera gracia.
Con el tiempo, y con la decadencia del circo, el payaso tipo clown llegó a otro estatus, y creo que por obra y gracia de Stephen King, con su novela (demasiado larga, la verdad) It. Stephen King tiene un punto de genialidad cuando explora los miedos de los niños, porque, la verdad, un payaso visto de cerca daba más miedo que otra cosa. A raíz del libro y la película, el clown ha pasado a ser un objeto más del universo del terror, o al menos del límite del terror (pensad en Krusty, el de los Simpson). Recuerdo una preciosa canción de Eels, 3 speed, en que una niña acechada por la muerte expone sus deseos de niña: una bici con tres piñones, una fiesta con un "scary clown" (un payaso que da miedo). Sí, el clown se ha quedado en nuestro mundo para causar miedo, o para usar sus máscaras para cometer delitos (no sé en qué película vi esto) no para hacer reír. Como las muñecas de porcelana. Si quieres que un niño pase terror, hazle dormir en una habitación llena de muñecas de porcelana. Pocas cosas hay tan perturbadoras.
Aquí está una escena antológica de It, una de esas que no puedes olvidar aunque quieras porque resumen los miedos de un niño de tal modo que parece mentira que King no fuera niño cuando lo escribió. Y más abajo, 3 Speed de Eels.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues estoy contigo, Charlie Rivel nunca me hizo ninguna gracia y la verdad es que Gaby, Fofo ... tampoco

Anónimo dijo...

Como se jien los niños
Como se jien los niños
Pero hay niños que no jien...
Pojque tienen hambje
POJQUE TIENEN HAMBJEEEEEE