viernes, 9 de abril de 2010

Expediente Garzón

Alguno se reía de mis miedos en una entrada anterior. Ver la crucifixión pública de Garzón me repugna, y desgraciadamente esta caza y captura está en las páginas de todos los diarios más influyentes del mundo, que asisten anonadados al escarnio. Una jurista francesa ha puesto el dedo en la llaga: ni siquiera un hombre como Baltasar Garzón saldrá incólume al haber querido exponer al público los crímenes del franquismo. Qué vergüenza. Qué vergüenza que se admita a trámite una denuncia de Falange, y otra de Manos Limpias (pura y dura extrema derecha, como ya apunté antes), y que se quiera destruir, con la anuencia del CGPJ y de todos los medios del Movimiento (El Mundo, La Razón, ABC, Intereconomía, Veo, COPE...) al hombre que simbolizó la busca de la Justicia Universal, el hombre que (da igual su carácter, su ego, o sus defectos como juez instructor) dio la cara ante ETA, ante el narcotráfico... el hombre que hizo feliz a varias generaciones de latinoamericanos, que de hecho es un héroe en Chile y Argentina, encausando a Pinochet por crímenes contra la Humanidad.
En el mundo racional no se entiende todo esto: la derecha, los jueces que mamaron el franquismo, se niegan a que las horrendas prácticas de este régimen dictatorial salgan a la luz. Que se explique Luciano Varela, ejemplo supino del maquiavelismo galaico, y que hablen los del Poder Judicial, que expongan que van a inhabilitarlo, no por envidias ni por rencores ni por odios africanos, sino por una causa justa. Qué vergüenza, qué puñetera vergüenza que sigamos siendo un país en las manos de los mismos de siempre. Qué vergüenza que ni el poder judicial ni el PP se hayan liberado, hayan abominado del franquismo. Qué doble moral más extraña, decidir que los asesinados de las fosas sigan en paradero desconocido, como perros, mientras que por otro lado se niegan a retirar los símbolos franquistas, las largas listas de "héroes" y damnificados de las iglesias... Qué horror: ¿es que aquí no ha cambiado nada? ¿Se puede apoyar sin concesiones la condena a un juez por querer extender la búsqueda de asesinados en fosas comunes, y se perdona y se mantienen el escaño de senador a un auténtico gánster de la política (ya sabéis de quién hablo)? Algunos tendrían que donar su cuerpo a la ciencia, pero en vida, a ver qué extrañas mutaciones hallábamos.
Y mientras tanto, los medios de prestigio del mundo siguen boquiabiertos con lo que ocurre aquí. No es de extrañar que España esté conceptuado como un país corrupto; si la arbitrariedad es tan palpable en las más altas instancias judiciales, ¿qué esperar de las unidades menores?

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