jueves, 7 de mayo de 2009

Una obra maestra de Faulkner



Cuando leí "Mientras agonizo" comprendí muchas cosas de repente. Comprendí unas palabras de Vargas Llosa, afirmando que Faulkner había influenciado toda la literatura hispanoamericana; comprendí también que Juan Rulfo tuvo que leer esta novela, y admirarla, y tuvo que tener en la mente a Addie Bundren cuando creó el personaje de la madre de Juan Preciado: ambas están muertas y "hablan" en letra cursiva, ambas fluyen, aparecen y desaparecen en el relato, son figuras omnipresentes, cruciales. También comprendí que Últimos tragos" de Graham Swift es un homenaje a esta obra de Faulkner.
Otros elegirían tal vez "El ruido y la furia", o "Absalón, Absalón" como obras favoritas de Faulkner, pero para mí esta es la fundamental. Es la historia de los Bundren, una familia pobre blanca ("white trash" o "basura blanca") del Sur Profundo (Mississippi). El padre y los hijos transportan el cadáver de la madre, Addie, para darle sepultura en una parcela de su propiedad en la capital del condado de Yoknapatawpha (otra creación legendaria del universo de Faulkner). Es un viaje con connotaciones homéricas y bíblicas (¡ay, qué pena que en España los autores nunca hayan aprovechado la imaginería bíblica!), con gotas de un humor negro como el carbón; es una obra que expone crudamente la naturaleza humana, con su culpa, sus miserias, sus anhelos, su desorientación con respecto a la vida. El viaje de los Bundren es una metáfora, pues, de una vida, relatada por las voces interiores de los miembros de la familia. También en ésta, como Benjy en "El Ruido...", hay un niño retrasado, Vardaman, el benjamín de la familia, que cuenta lo que ve desde un punto de vista distorsionado. Al final, tras la odisea de un viaje en que todo se resuelve en catástrofe (el ataúd a la deriva en un río, un incendio accidental en un granero, el embarazo de Dewey Dell, la pierna rota de Cash...), llegan a la ciudad y allí se revelan las verdaderas intenciones de cada uno, y cómo le has afectado el viaje de modo diferente.
Hablando de referencias, el título es una frase extraída de La Odisea, literalmente las palabras de Agamenón explicándole su muerte a Ulises en el Hades. Posiblemente la razón del título es que Addie Bundren es la persona que en la novela habla desde el otro mundo. Y debo decir que he utilizado como epígrafe de un relato largo uno de los capítulos referentes a Vardaman, uno que dice simplemente: "Mi madre es un pez", que es lo que piensa el niño cuando ve el cadáver de su madre, pues la mente de este niño deficiente produce imágenes rotas, absurdas. El relato al que he aludido se titula "El perro", y espero que tenga un buen destino.
En fin, que hay que leer "Mientras agonizo", o releerla. Nadie dice que lo bueno tenga que ser fácil. Esta novela es imprescindible e inolvidable. Aún resuena en mis oídos la sierra de Cash labrando el ataúd de Addie. Magistral.

(Nota: ha salido en YouTube la segunda parte de la entrevista en Localia)

No hay comentarios: