jueves, 28 de mayo de 2009

Pixies

El tiempo del blog se va acortando, y me veo obligado a homenajear a uno de esos grupos diferentes que significaron mucho para mí cuando rondaba la treintena. Es posible que si hoy en día me presentaran la música de este grupo no sería tan receptivo, pero es que a los veintitantos uno tiene el cuerpo para todo. Supe de los Pixies por aquel famoso programa alternativo de la 2, Metrópolis. Encendí la TV y de repente vi el vídeo de la canción Monkey gone to Heaven, perteneciente al su LP más señero, Doolittle. Al día siguiente fui a comprar el disco, aún de vinilo,, y ahí se forjó la adicción. Fui adquiriendo los LPs previos, y los que saldrían más tarde, un total de cinco. ¿Qué tenían de especial los Pixies? Difícil de explicar. Las letras crípticas, con cierta querencia a lo paranormal de Black Francis (su madre afrimaba haber sido abducida por extraterrestres); los coros inquietantes de la bajista, Kim Deal; y la adrenalina de la guitarra de Joey Santiago, que confería ese sonido tan especial, tan pixie, que viajaba de la estridencia a la calma más desasosegante. No eran menos las portadas de los discos, tan inquietantes como la música que ncontenían: fijaos en el maxi del tipo con la espalda peluda, por ejemplo. A veces, lo confieso, algunos temas se hacían realmente insoportables, para qué negarlo. Tal vez la canción más famosa del grupo sea Where is my mind?, del LP Surfer Rosa, versionada por varios autores, entre ellos, insólitamente, James Blunt. Esta canción fue utilizada muy atinadamente en el espectacular final de la película El club de la lucha, cuando los edificios de la ciudad empiezan a desmoronarse ante la atónita mirada de Ed Norton y Helena Bonham-Carter. Sí, los Pixies mezclan bien con autores excéntricos como Chuck Palahniuk. Pero si uno quiere saborear de verdad el pixismo en su apogeo, debería escuchar las siguientes canciones: The holiday song, Mr Grieves, Wave of mutilation, Gouge Away, Debaser (¡ah, Debaser, qué temazo, qué dinamita!), Alec Eiffel, Where goes my gun?, The happening, Lonely day, Cecilia Ann (ideal sintonía para un programa de radio) y, sobre todo, Hey, quizás la canción más intensa, más conmovedora, más electrizante de los Pixies. Vuelvo a la pregunta: ¿qué innovaron? No lo sé, pero sé que cuando se separaron la gente se dio cuenta de la sensación de orfandad que nos habían dejado. Se fueron con estadios a medio llenar, y cuando regresaron para una gira de "revival", los estadios se llenaron. La gente había estado esperándolos todo ese tiempo, y abarrotó los recintos, aunque solo fuera por un día.

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