jueves, 26 de marzo de 2009

La triste historia de la ratita Ziggy

Este caso es real, y sucedió a mediados de los 90 en Gran Bretaña. Yo utilizo el texto a menudo en clase para que mis alumnos vean cómo una noble iniciativa, como es la defensa de los animales, se puede llevar hasta el absurdo.
Sucedió que una enfermera inglesa, de nombre Lisa Chapman, tenía una rata llamada Ziggy. No digo "rata" con desprecio: en los periódicos decía "rat", y no "hámster" o "cobaya". Sería una ratita especial, desde luego que no era de cloaca, como se demostrará.
Pues bien, la pobre Lisa enfermó, y además quedó en el paro. Unos amigos la acogieron una semana en su casa para que se recuperase, por lo que Lisa dejó a la ratita en su casa, con comida (trozos de queso y pan duro). Pero al cabo de unos días una llamada anónima a la RSPCA (la Sociedad Protectora de Animales más antigua y prestigiosa del Reino Unido) alertó de que una rata doméstica estaba abandonada en su casa. Un inspector, John Paul, consiguió una orden judicial para entrar en casa de Lisa. Los veterinarios de la RSPCA encontraron a Ziggy en mal estado. No había comido lo que le había dejado Lisa, aparentemente. Horas más tarde Ziggy murió. Aquí empezó el infierno para Lisa: fue llamada a juicio, personándose contra ella la RSPCA, y en el juicio tuvo que afirmar entre lágrimas que amaba locamente a su ratita y que se tuvo que ir porque se moría de hambre y estaba enferma. Nada ablandó al juez, que le impuso una multa de 130 libras, y además quedó su nombre para siempre en los archivos policiales como homicida de mascotas por imprudencia. Según el rotativo, el inspector Jonh Paul dijo, lapidariamente: "Se ha hecho justicia". El artículo cuestionaba el poder de la RSPCA, desmedido según el autor. Y en ese punto estoy de acuerdo.
Y además, me pregunto: ¿De dónde salió a esa rata? ¿De los sótanos del palacio de Windsor? ¿Del callejón aledaño al Bulli? Vamos a ver: una rata, sin comida, se come las patas de las mesas, las alfombras, la moqueta... lo que sea. ¿Qué esperaba Ziggy? ¿Espuma de ostras con esencia de eneldo? ¿Boquerones deconstruidos en vinagre de módena? ¿Era tal vez Ziggy la ratita presumida del cuento? ¿Era Ratatuille? ¿Era el ratón Mickey de incógnito?
Lo de la protección de animales en el Reino Unido es más que curioso: tienen el mayor número de estas asociaciones de toda Europa: dicen que tiene relación con la educación protestante, que evita eln lo posible las efusiones sentimentales (hay mucho de cierto en esto); por otro lado, este país posee también el triste récord europeo de mayor porcentaje de niños maltratados. Que nadie se confunda, que no estoy hablando del lince dichoso. Estoy hablando de niños mayorcitos, conscientes y pensantes frente a gatos y perros. Desgraciadamente, este exceso con las mascotas ya ha llegado aquí: van a la pelu, se hacen la manicura, les compran modelitos, van a rayos UVA... mientras que al lado la gente malvive. Y, que conste que adoro a los perros. A los perros con uñas sucias, desnudos y despeinados.

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