martes, 10 de marzo de 2009

Deportes de riesgo: conducir en Vigo


Si alguien no ha venido a Vigo y entra en coche en la ciudad, comprobará algunas peculiaridades locales, que paso a enumerar:
a) Todo conductor que circula por Vigo debe ir cabreado con el mundo, con sí mismo, y, sobre todo, con el ayuntamiento. Si por el conductor vigués fuera, dinamitaría todas las calles peatonales, las aceras y los bulevares para poder andar con el cochecito.
b) El conductor vigués posee una prerrogativa única en España: que se ponga el semáforo en rojo significa que pueden pasar una decena de coches más, sin tapujos. Increparlos por esto puede ser hartamente peligroso. Otro aspecto importante: el lapso entre la apertura de un semáforo y el bocinazo del coche de atrás se mide en nanosegundos.
c) El conductor foráneo notará algo intrigante: los coches vigueses carecen de intermitentes de serie, y si los tienen, no los usan creyendo que Fenosa les cobrará más en el recibo.
d) Las rotondas (llamadas con frecuencia "retondas") son un espacio libre y aventurero, tipo anuncio de Panama Jack, donde cada uno, el más intrépido, se las arregla como pueda; las aceras (también llamadas "ceras") son el espacio idóneo para aparcar coches y para la circulación de motos; las medianas (llamadas "medianías", lo que demuestra el desprecio hacia ellas) las utilizan habitualmente los jubilados para saltarlas y cruzar en plena curva, a escasos metros de un paso de cebra, cargados hasta los topes de bolsas de Gadis.
e) Dicen que un motero no arrancó en un semáforo haciendo un caballito. No me lo creo.
f) Uno de los especímenes más peligrosos por lo audaz y veloz es la furgoneta de reparto con publicidad en el chasis. Sus slaloms los envidiaría Tomba. Otro, el motero de reparto de la Vespa, culebreando entre los coches, así como los repartidores de pizza.Hay otro especimen, menos frecuente, que es la "fregoneta" desvencijada conducida por pilotos sin carnet: tienen más peligro que Yola Berrocal en el vestuario del A.C. Milan. Los coches tuneados que atruenan reggetón son, con diferencia, el especimen más peligroso.
g) La doble fila es más que una costumbre: es una religión. Da igual que entorpezca el paso de un bus o una ambulancia: el doblefilista seguirá tomándose el cafecito y leyéndose el Marca tan pancho frente a su adorado automóvil, y volverá parsimonioso a su vehículo, incluso increpando al conductor del bus o la ambulancia por hacerle apresurarse. Ni el multamóvil les arredra, ¡qué machos!
h) La reducción de marchas antes de frenar se considera, directamente, una mariconada. El negocio de repuestos de neumáticos siempre será floreciente en la ciudad olívica.
i) El paso de cebra es una entelequia, un engaño de los sentidos o una trampa mortal para el peatón. Elijan una opción.
j) Existen calles o avenidas en que el deporte extremo llega al culmen. Un ejemplo es la Travesía de Vigo (a la derecha), donde a los slaloms de coches al doble de la velocidad permitida se les añade la pimienta de los jubilados saltando de las medianas hacia el asfalto. ¡Qué emociones, qué subidón, qué cabreado va todo el mundo, qué gran culpa tiene el ayuntamiento de que no se pueda llevar el auto hasta el wáter de los bares!¡Maldito ayuntamiento, culpable del calentamiento global, de la crisis mundial y de que el Celta se vaya a Segunda B!

En fin, que Vigo tiene muchas virtudes... pero entre ellas no se halla la conducción.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En Vigo y en Castellon y en Malaga y en Cuenca y en Cadiz y en valencia y ....

Anónimo dijo...

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