sábado, 14 de febrero de 2009

¿Por qué "tardes eléctricas"?

Si después de casi un año alguien se ha preguntado el porqué del título de este blog se lo explicaré.
Cuando era pequeño, durante prácticamente todo el mes de junio teníamos vacaciones. Y ni los padres ni los "educadores" se echaban las manos a la cabeza, por cierto (Empiezo el domingo tirando con bala). En casa esperábamos ansiosos a que llegase el 1 de Julio para poder ir de Ponferrada a Galicia, a la playa de As Sinas. Ese tiempo muerto lo utilizábamos yendo a la piscina del Club de Tenis, ya que mis padres eran socios. Una pscina, dicho sea de paso, que concentraba en sus aguas la mayor concentración de cloro mundial: salías blanco del agua. Pero muchas veces en aquel mes después del calor demoledor de la mañana, tras el mediodía se levantaban las nubes tormentosas. El cielo se ponía del color del grafito, e inmediatamente comenzaban unas tormentas espantosas, con rayos terroríficos y chaparrones torrenciales. Esas tardes ya no íbamos a la piscina. Nos quedábamos en casa, con luces apagadas y persianas bajadas para que no entrase aquel calor sahariano, tumbados en la sala oscura viendo aburridos programas de la tele, y yo con aquella sensación de irritación, de frustración, de tristeza sazonada de algo más, algo que no puedo explicar. Esas eran las tardes eléctricas de mi niñez.
Hace un año acabé una novela titulada así, "Las tardes eléctricas"en que una de las protagonistas sufría ese síndrome de la tarde eléctrica. Préstamo biográfico, por supuesto. Aunque, si fuera un crítico posmoderno, diría que fue el personaje creado quien influyó en mí. Qué gilipollez.
Sin embargo, bauticé el blog así dándole un nuevo giro al sintagma. Quise abandonar esa frustración, esa ira, y tomar el camino voltaico de la pasión por contar y por compartir, sin mucha corrección política ni muchas medias tintas, expresando lo que soy y cómo soy... eléctricamente.

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