martes, 17 de febrero de 2009

Los dublineses de Houston


Siempre es difícil y arriegado trasladar obras de la literatura al cine (recordemos la entrada relativa a "Los girasoles ciegos"). Pero cuando hablamos de un autor como James Joyce, la empresa es solo apta para suicidas. John Huston lo era: un tipo que vivía sobre un alambre y se atrevía con todo, no en vano era un jugador empedernido. Huston era la esencia del director total, pues así son los directores que en vez de conformarse con apegarse a un estilo o un género, saltan al ruedo y lidian con dramas, westerns, cine negro, comedias, aventuras, cine intimista, histórico, biopics... y no como algunos que invariablemente hacen la misma película, con los mismos tics. Solo salvo a Woody Allen de esta última categoría.
En el caso de "Dublineses" ("The Dead", es decir, "Los muertos", 1987), Huston hizo encaje de bolillos porque pocas veces he visto un relato menos apropiado o sugerente para tarnsformar en película. El cuento largo de Joyce relata la cena familiar de Navidad a la que acuden en Dublín Gabriel Conroy (Donal McCann) y su esposa Gretta (Anjelica Huston), y en la que Gabriel va sufriendo golpes menores, casi imperceptibles, que van minando su pretendida seguridad, hasta las escenas finales, cuando ambos regresan a su hogar, y donde Gretta se derrumba al ver nevar, y confiesa su amor de jovencita por un muchacho, Michael Furey, que falleció por permanecer una noche esperándola bajo un intenso frío. El amor perdurable y la culpabilidad de su mujer sobrecogen a Conroy, que en ese momento capitula ante las decepciones. Huston logra dar literariedad a la película con una voz en off que aún resuena en mis oídos, la sublima en esa escena postrera en que Gabriel Conroy, derrotado por la sombra de un joven cadáver, ve cómo cae la nieve, imagen de la muerte, y al ser consciente de la diferencia casi inaprehensible entre esa muerte y la vida, inicia un sensacional monólogo (del que rescato su parte final) en que nieve y mortaja se confunden, en que Conroy ve con clarividencia la verdad de su existencia:
"Cae la nieve sobre Irlanda. Cae sobre las llanuras centrales(...). Cae la nieve. Cae sobre ese cementerio solitario donde Michael Fury yace enterrado. Cae levemente a través del universo y levemente cae como el descenso de su propio fin, sobre los vivos y sobre los muertos".

Lo dicho. Quitémonos el sombrero por el gran John Huston.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ademas de Blueberry del que tengo que decir que sus aventuras iniciales eran realmente buenas aunque no asi las siguientes ni mucho menos las ultias que son bastante malas recuerdo a otros heroes de comic como MICHEL TANGUY Y ERNEST LAVERDURE dos pilotos de Mirage III franceses que recorrian toda la tierra cumpliendo misiones. Su autor Jean Michel Charlier, y tambien un comic de pilotos de formula uno probablemente del mismo autor aunque ahora no recuerdo su nombre. Como autor español de comic el mejor sin duda A. Hernandez Palacios extraordinatio dibujante al que los guiones no han acompañado.
El tema del comic da para mucho desde jaimito hasta el manga el tema es muy extenso

Anónimo dijo...

Respecto a ‘Dublineses’ he de reconocer que me costó; aunque me gustó mucho su 2º relato, ‘Un encuentro’, no he conseguido pasar del 5º y los otros tres me dejaron un poco así, ni fú ni fá.

La película me pareció bastante “aburrida” como película, pero sin duda, una excelente adaptación. ¿el final cambia en algo el relato?