martes, 10 de febrero de 2009

Espías (y respuestas al test)


Sé de un hombre al que encargaron espiat a otro hombre. Lo hizo minuciosa, científicamente, analizando cada paso, cada latido del vigilado. Tan enfrascado, tan absorto estaba en su labor sabuesa que tardó un mes en advertir que se estaba espiando a sí mismo.
Otro ejemplo paradigmático del antiguo oficio de espía es el inimitable británico Kim Philby, el Michael Jordan, el Phelps, el Maradona del espionaje del siglo XX, un hombre hábil y frío hasta tal punto que no solo fue condecorado por Stalin, para quien trabajaba en realidad (y a quien increíblemente sobrevivió), sino también ... ¡por Hitler y Franco! Philby fue un Newton, un Copérnico, un genio que creó el triple agente cuando hasta entonces como mucho los había dobles, y eso cuando se pasaban con el champán en las recepciones de las embajadas.
Lo de la Comunidad de Madrid empieza a parecerme como una mezcla de ambos casos. Es tal la imbricación de la red que uno puede estar trabajando sin saberlo para dos o tres jefes, e incluso para sí mismo sin saberlo, o, aun más, contra sí mismo sin percatarse de ello, como en el primer caso relatado. Es más difícil pronosticar si este "uno" abstracto acabará sobreviviendo a Esperanza Aguirre.
Vaya tomate. ¡Y luego hay gente que niega la existencia de universos paralelos, viendo la Comunidad de Madrid!


Respuestas al test: Me figuro que todo aquel que visite asiduamente este blog se decantará mayoritariamente por la letra "b", porque si no, esto lo entiendo menos que lo de los espías de la Villa y Corte. Respecto a un comentario, un consejo a mi amigo anónimo: Siempre, siempre Monica Belluci. ¡Siempre! ¡No quiero que dudes! ¡Quiero convertirte! (ya me he vuelto loco solo con nombrarla)

No hay comentarios: