jueves, 8 de enero de 2009

El "Dios" de Lennon



Acabo de oír en la radio la canción "God", de John Lennon, la cual pertenece al primer disco que editó tras la disolución de los Beatles, "John Lennon/Plastic Ono Band"(1970), álbum que posee algunas joyas minimalistas como "Love", "Mother" o "Look at me". La canción de la que voy a hablar es realmente curiosa, y más curioso es que hace un par de años fuera usada para publicidad de un coche, creo. Empieza así (traduzco):
"Dios es un concepto por el cual medimos nuestro dolor"
Bien: si alguien esperaba "oh, nena, aún te amo, dame una oprtunidad, empecemos de nuevo", va de culo. Es más, el propio Lennon, consciente de que la frasecita se las trae, muestra deferencia por sus oyentes:
"Lo diré otra vez: Dios es un concepto por el cual medimos nuestro dolor"
Qué detalle de John, con lo cascarrabias y "desaborío" que era, con lo camorrista y mala sangre, él, símbolo de la paz mientras que no se bebiese dos cubatas, que entonces se transformaba en Atila. Pues bien, después se pone a enumerar todos los dioses, semidioses y cosas variadas en las que no cree, las cuales eran las piedras fundamentales de la cultura popular de su época. Lennon afirma no creer en la magia, ni en el I-Ching, ni en la Biblia, ni en el Tarot... y escribo el resto: Hitler, Jesucristo, Kennedy, Buda, los mantras, el Gita, el yoga, los reyes, Elvis, Dylan (Zimmerman), y finalmente tampoco cree en los Beatles. El colofón es casi colocón, pues Lennon solo cree (creía) en él mismo y en... ¡YokoOno! Nada que ver con el operador telefónico y televisivo, dicho sea de paso. Entiendo su fascinación por Yoko, ya que era increíblemente inteligente (aunque también fría y calculadora) y debía de representar para él la imagen edípica de la madre que perdió de niño, pero...¿habéis oído alguna canción de Yoko? Cuando cantaba con Lennon o en solitario parecía una gallina en proceso de electrocución, qué espanto, madre, cuando pienso en "Don't worry Kyoko" me entran escalofríos.
Pero regresemos a "God", que acaba con Lennon abjurando de su época Beatle, haciendo ver a los beatlemanos que todo se ha acabado. Es, tal vez, la mejor frase de la canción:
"El sueño se ha acabado, ¿qué puedo decir? El sueño se acabó ayer" (indirecta al "Yesterday" de McCartney, al que también dedicó en el álbum "Imagine" un tema rencoroso como pocos: "How do you sleep?" ("¿Qué tal duermes?")). Luego sigue con referencias a su época beatle finiquitada:
"Fui el tejedor de sueños pero ahora he renacido, fui la Morsa pero ahora soy John, y así, amigos míos, tendrías que seguir con vuestras vidas. El sueño se ha acabado"

En fin, no es una de mis canciones favoritas, más bien es un tremendo peñazo repetitivo, pero veo interesante la letra, qué caray. Y así aprovecho para desmitificar a un hombre al que admiro profundamente, por otro lado, por haber revolucionado la música popular, por haber compuesto algunas canciones inolvidables, por haber creado el concepto innovador del "Sgt. Peppers", y, sobre todas las cosas, por el comienzo y final de "A day in the life", una de las canciones más conmovedoras de la historia, con esa voz que se arrastra casi gimiendo, arrastrada sobre arena y luego acaba aleteando en nubes lisérgicas. Pobre Lennon, un hombre depresivo, ciclotímico, con arrebatos violentos y autodestructivos, un hombre que empezaba por fin a encontrarse a sí mismo cuando Chapman, su "number one fan", lo asesinó. En algunos casos, en los de los genios, morir joven posee una parte positiva: no podrás pasar décadas editando basura, como ha hecho su amigo-enemigo Paul.

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