jueves, 4 de diciembre de 2008

Caridad cristiana

Un breve comentario a la diplomacia vaticana. Ante la resolución formulada por el gobierno francés de que los países de la ONU se adhieran a un compromiso de respetar a los homosexuales, es decir, ni perseguirlos, ni encarcelarlos, ni torturarlos, ni matarlos, el Vaticano sale con que no secunda la moción, ya que esto obligaría (???) a los países firmantes a aceptar el matrimonio de homosexuales. Bien, yo diría que el Vaticano opta por dejar que los maten, no vaya a ser que les dé por casarse, una postura muy cristiana, muy misericordiosa. Qué miedo, ¿verdad? (este"¿verdad?" debe pronunciarse al modo sacerdotal), qué miedo tienen a que las cosas cambien, a perder parcelas de poder, a decir la verdad, sobre todo. Por cierto, que Gallardón pidió a Rouco que le solicitara una audiencia con el Papa para hablar sobre la extraña versión episcopal de la COPE... y Rouco se ha negado. Qué mal casan todas estas cosas. Cuánta clientela va a perder la Iglesia Católica si sigue con esta guardia carpetovetónica aferrada al sudario de Torquemada.

No hay comentarios: