jueves, 20 de noviembre de 2008

"Paradero desconocido", K. Taylor

Si alguien va a hacer un viaje corto en tren, o si a alguien le apetece leer un libro breve pero intenso y sumamente inteligente, siempre recomiendo "Paradero desconocido"(Ed. RBA), de la autora norteamericana Katherine Kressmann Taylor, escrito en 1936.
Ambientada en 1932, es una novela epistolar en la que se intercambian las cartas (obviamente) de dos marchantes, amigos y socios: Martin Schulse, que ha retornado a su Alemania natal en la época del nacimiento del nazismo, y Max Eisenstein, judío norteamericano. A través de las cartas vamos viendo cómo el pensamiento de Schulse va evolucionando hasta comulgar con el nazismo. Ocurrirá un hecho terrible, que no relataré, y Eisenstein se cobrará la venganza utilizando como armas esas cartas que manda a su ex socio.
Lo que más me impresionó de este libro fue la capacidad de la autora para intuir lo que sucedía en Alemania, y aun más, lo que estaba por venir. Es altamente recomendable, yo no esperaría para comprarlo.
Hay más libros de intercambios epistolares, por supuesto, aunque no es un género en boga. En los últimos tiempos Anagrama ha publicado también "84, Charing Cross Road" de Helene Hanff, a la que se le ha dado bastante publicidad. A mí, lo confieso, después de leer "Paradero desconocido", esta última me dejó bastante frío.

(Esta entrada la dedico a Juan y Sabela, de la librería Versus de Vigo, dos libreros en peligro de extinción, pues leen los libros que tienen, y recomiendan atinadamente. Gracias a Sabela pude conocer la novela "Todo lo que amé", de Siri Hustvedt, esposa de Paul Auster, con lo que sobran más palabras)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tomo nota

Anónimo dijo...

Ayer lei Paradero desconocido.

En una primera lectura la conclusion es simple. Es evidente que se sintoniza con el que se queda
en California y te repulsa el que se va a su pais.

Ahora bien, si profundizamos un poco mas alla de lo que es obvio la cosa cambia, y entonces podemos
pararnos a analizar nuestros prejuicios y ver si somos capaces de ver mas alla de lo obvio.

Despues de todo el libro se escribio en 1938 cuando el nacionalsocialismo estaba en auge, Alemania era un
pais humillado, empobrecido y en ese caldo de cultivo era facil que cociese el peor de los guisos. Se me ocurren
dos reflexiones ¿Somos culpables de todo lo que hacemos? ¿Quien debe juzgarnos?

Ojo que no se me entienda mal: al devolver el libro en la biblioteca me lleve dos mas. Uno de ellos
VOCES DEL GUETO DE VARSOVIA de Michal Grynberg. Pocas veces, tal vez ninguna, un libro me ha dado
tal sensacion de asco, estando tentado mas de cien veces - y no es ninguna frase hecha, de dejarlo.
El libro reconstruye la vida de los judíos en la capital polaca durante la II Guerra Mundial, a través de
los testimonios de veintinueve protagonistas de los acontecimientos muchos sobrepasando el límite
de la degradación humana. También es muy interesante para conocer la capacidad organizativa del Gueto en
los primeros meses de su existencia, las organizaciones judias que se crearon y lo que hacian.

Siempre me he considerado bastante conocedor y desde hace muchos años, por leedor de todo aquello
que rodea la II guera mundial, de lo que sucedió. No es por tanto algo que me pille de sorpresa.
Ni muchisimo menos.

¿Cómo se pudo llegar a algo así con tanta impunidad? En muchos parrafos te invade la ira,
asoman las lágrimas y se te encoge el corazón y deja muy pequeñas las peores imagenes de la
pelicula de El Pianista.

¿Por qué no lucharon? No sólo en los guetos, sino también en los campos. Y debe de haber una razón
muy poderosa que lo explique (el miedo, la incapacidad de creer y asumir el destino, el aturdimiento,
el pausado encanallamiento,…) dado que fue un comportamiento muy generalizado, con honrosas y
admirables excepciones. No he encontrado todavía (en mis lecturas, obviamente) una explicación
satisfactoria de esta actitud.

Sin embargo la pregunta tiene una respuesta muy simple: sencillamente si repasamos los hechos de fechas
recientes: congo, ruanda, serbia, y tambien aqui en el pais vasco donde el no nacionalistano puede serlo
con libertad o incluso en las imagenes del metro de MAdrid donde una inmigrante es agredida por un
descerebrado sin que nadie mueva un dedo...

¿hasta que punto somos diferentesde aquellos alemanes?