domingo, 30 de noviembre de 2008

La esperanza de Vasili Grossman



Acabo de leer "Todo fluye" de Vasili Grossman, y estoy conmovido, impresionado. No puedo evitar recomendar encarecidamente a todos que la leáis, sobre todo a aquellos que no han leído la monumental "Vida y destino" del mismo autor. De esta última se ha escrito mucho: todo el mundo coincide en que es el "Guerra y paz" del siglo XX, es decir, una obra extraordinaria, imprescindible, y de una longitud tolstoiana, y cualquier crítica reciente será de mucha más ayuda que los comentarios que pueda hacer yo. Pienso que es interesante empezar por la más breve "Todo fluye" para después lanzarse a la aventura de "Vida y destino" (es decir, justo al revés de lo que ho hice), y comprobar la talla insuperable de Grossman, el cual no vio publicadas ninguna de las dos obras antes de morir.
En "Todo fluye", la historia se desarrolla alrededor de Iván Grigoriévich, un hombre que ha salido liberado a raíz de la muerte de Stalin, después de treinta años en un campo de trabajo siberiano. El regreso a la "libertad" de Iván es el hilo conductor de la obra, junto con las historias que van tejiendo personas cercanas o tangenciales. Grossman denuncia con un valor insólito la caída de la ideología comunista, de las esperanzas en un nuevo mundo, de las expectativas ante la creación del nuevo hombre que surgiría del sistema, valor casi suicida sobre todo si sabemos que escribió en época de Jrushov (o Krushev), y que esta sinceridad le supuso el ostracismo.
Grossnman, pues, relata las tragedias incomensurables de la deskulalización, que supuso como mínimo la muerte por inanición de más de diez millones de personas en una hambruna sin precedentes provocada por el mismo estado; las delaciones y el terror estalinista, en que se encerraba o fusilaba a alguien, no por haber hecho algo, sino porque existía la posibilidad de que llegase a hacerlo; analiza la figura de Lenin descarnadamente, profundizando en las grandes contradiccionesde un hombre que quiso liberar y en realidad esclavizó aun más al campesinado; ajusta cuentas Stalin, el gran genocida, uno de los mayores monstruos en la historia de la humanidad, un ser vil que se desvivió por destruir a su propio pueblo; y reflexiona con pofundidad sobre el destino eterno de esclavitud que siempre ha sufrido el campesinado soviético, estuviese bajo el yugo que estuviese.
La novela es un gran estudio sobre la libertad, sobre su significado y sus posibilidades, así como de la violencia, que para Grossman se desarrolla infinitamente en ciclos cada vez más poderosos. Pero, como buen tolstoiano, en Grossman pervive la esperanza de que todo pueda cambiar, y la magnanimidad con la gente que hizo tanto mal sin ser consciente de que lo hacía (conmovedor el testimonio de Anna Sergueyevna sobre el exterminio de los kulaks).
"Todo fluye" toma su título de un triste sarcasmo heraclitiano referente a los convoyes de deportados a campos de trabajo: "Todo fluye, todo muta, nadie entra dos veces en un mismo convoy". Leedla. Es imprescindible. Absolutamente imprescindible.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo fluye es una historia que muestra una cara de una época macabra en la historia de la humanidad y que refleja la miseria de la condición humana.
A ratos me parecio conmovedor En mi opinion es una obra maestra. Desde luego de los mejores retratos sobre Stalin y Lenin que se pueden encontrar, y nos permite seguir la descomposición de la revolución rusa de forma extraordinariamente bien contada. Coincido en que es imprescindible aunque tengo que hacer notar que a algun conocido mio le parecio que "las notas de Grossman y las de Beevor me hicieron un lio tremendo. Me parecio aburrido". Evdentemente a esta persona le decepciono mucho.