martes, 16 de septiembre de 2008

Las Benévolas


Este verano no he escrito absolutamente nada pero he leído muchísimo. Os informaré de algunas cosas en entradas sucesivas, a ver si compartimos opinión. Una de las novelas que leí en agosto fue "Las Benévolas" de Jonathan Littell, a la izquierda en la foto.

Un hombre se preguntaba en internet qué demonios quiso decir Jonathan Littell titulando su novela "Las benévolas". Por si me lee, le informo de que "Las Benévolas" ("Las Afables", en la traducción española) es el nombre que reciben Las Erinias o Euménides, diosas griegas de la venganza, en la obra de Esquilo "Las Euménides", que forma parte de la trilogía de la Orestíada.
El nombre de las diosas solo aparece en la íltima página del libro, recurso que a mí me gusta mucho, por cierto, eso de elegir un título de una frase de las últimas de una novela o de un relato. Pero, hablando de la novela (1000 páginas, muchachos), ¿es recomendable? Bueno, debo decir que solo es recomendable si el lector es un apasionado de temas como el Nazismo, Stalingrado, la caída de Berlín, el Holocausto, etcétera. Yo lo soy. Y aun así, creo que a este libro le sobran unas 500 páginas, lo cual es un gran mal de la narrativa contemporánea.
Sin embargo, debo reconocer que es el relato más minucioso que he leído en mi vida en relación con los entresijos de las diversas familias del nazismo. En eso, en el día a día de la maquinaria nazi, en las tensas relaciones de unos y otros, en las miserias y corruptelas que socavaban todo, reside, creo yo, el gran acierto de Littell.
El testimonio en primera persona del protagonista, Maximilian Aue, oficial de las SS, homosexual e incestuoso, recorre los momentos estelares del derrumbamiento de la Alemania nazi; a veces resulta tedioso; otras, escalofriante por la crudeza con que describe barbaridades; otras, francamente desagradable e innecesario, para qué negarlo: el capítulo en que Aue está solo en una casa de campo fantaseando perversiones con su hermanita también sobra, o podría haberse despachado en una líneas.
¿Recomiendo leerla? ... Buf, no sé. Solo si eres un adicto a estos asuntos, pero aun así, tanto puede maravillar como repugnar. A mí me dejó a medio camino de ambas cosas.

P.D.: Por cierto, ace dos día falleció el escritor norteamericano David Foster Wallace. Ha entrado en la triste y larga nómina de escritores suicidas. Antes de saber de su muerte iba a ponerlo como ejemplo de autor desmesurado que piensa que escribir una novela de 1200 páginas ("Infinite Jest", 1996) es de por sí un sinónimo de calidad, pero me ha quedado mal sabor de boca. Tenía mi misma edad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este verano recobre el gusto por la lectura, que si bien nunca lo habia perdido si es cierto que en los ultimos tiempos estaba un tanto atenuado. Y es que, desde hace ya varios años soy bicho de lectura diurna y a ser posible al aire libre, situaciones estas que condicionan mucho el ritmo.
En cuanto a los fracasos, entendiendo como tales aquellos libros que pudieron conmigo (esto antes no me sucedia y los terminaba por encima de cualquier cosa) estan El primer círculo (Alexander Solzhenitsyn)y Beloved (Toni Morrison.
De entre los que llegaron a buen puerto estan El talento de Mr. Ripley y El cuchillo (Patricia Highsmith)para mi gusto mejor el segundo que el primero; dos clasicos a los que que tenia ganas desde hace muchos años: Frankenstein o el Prometeo moderno (Mary Shelley) y Dracula (Bram Stoker), con una humanidad del monstruo que ninguna pelicula ha podido describir en modo alguno;
La catedral del mar (Ildefonso Falcones)adecuado para las vacaciones en Cadiz entre caña y paseo; El último Don (Mario Puzo) adecuado para las vacaciones en Leon entre caña y paseo; La ladrona de libros (Markus Zusak) agradable de leer; El niño con el pijama de rayas (John Boyne) prototipo de un exito comercial que en mi opinion no vale un pimiento, y que terminara en una pelicula de Hollywood probable candidata al oscar; y Ciencia ficcion norteamericana (Frank phoul y otros) curioso sobre todo porque es una recopilacion de relatos de hace mas de 40 años y donde se puede comprobar que el tiempo pasa no solo por las barrigas y michelines: muchos de los avances que cuenta no solo se hicieron realidad sino que se han quedado obsoletos.

Tal vez en los proximos meses haya mas, de momento la cosecha ha sido generosa pero irregular.