jueves, 25 de septiembre de 2008

El niño 44 y otros asesinos





Siempre me ha fascinado el asesino en serie. De hecho, he leído unos cuantos libros acerca de ellos (siempre son hombres), pero prácticamente todos son irrelevantes: inciden en los abusos que sufrieron de pequeños, en frustraciones sexuales, familias desestructuradas, y, sobre todo, en su apariencia de perfectos vecinos, si bien existen muchas excepciones que nos hacen ver que simplemente la crueldad en estado puro no conoce fronteras ni clases sociales (aunque casi nunca aparezcan mujeres en este triste rol). Por eso, por mi fascinación por e incomprensión hacia la crueldad humana, este verano me animé a comprar "Child 44" ("El niño 44") del autor desconocido Tom Rob Smith. Por eso, y porque la historia se desarrolla en otra época tristemente fascinante: durante la atroz época de Stalin, desde la hambruna brutal de la deskulakización hasta la muerte de ese auténtico asesino de masas.
Con ambos ingredientes, me puse a leer el libro, y me enganché a la primera. No solo está bien escrito, sino que también está muy bien documentado. Por supuesto, recurre a las técnicas clásicas de la novela de misterio, con la resolución y sorpresa final, lo cual dista de ser un defecto para mí. Por supuesto que es un best-seller, pero es un best-seller que a cualquiera le habría gustado haber escrito (salvo a algunos gurús endiosados, claro). Además, a medida que la leía, iba viendo el paralelismo de la trama con la historia real de Andrei Chikatilo (en la foto, el momento de su detención), acaso el más atroz asesino en serie que ha visto Europa, con más de cincuenta niños y jóvenes asesinados en su triste cuenta durante un periodo de más de diez años, un monstruo que fue capturado gracias a la titánica labor de un funcionario que asumió el papel de detective y policía forense, creando métodos de trabajo que incluso fueron copiados en los Estados Unidos, y un anciano psicólogo que logró desarmarlo en la confesión. En la bibliografía a la que recurre la novela, vi que, en efecto, Chikatilo estaba presente. Pero no es la historia de ese hombre: únicamente le sirvió de inspiración, como se ve en la sucesión de hehchs que configuraron la búsqueda de Chikatilo: la vigilancia de estaciones de tren rurales, las víctimas escogidas,la personalidad y vida privada del asesino, la renuencia de los comisarios políticos a reconocer que en la URSS existían asesinos en serie, como en la corrupta Occidente. El caso es que, con tales mimbres, Ridley Scott ya prepara la mcesta del rodaje de "El niño 44". Que no nos decepcione.


Con respecto a la verdadera historia de Chikatilo, siempre recomiendo ver el telefilm "Ciudadano X", protagonizado por tres monstruos de la pantalla como Donald Sutherland, Max Von Sydow y Stephen Rea. Si la podéis conseguir, no dudéis en verla: es excelente, aunque difícil de conseguir. Hay muchas otra películas relativas a estos asesinos en serie reales, casi todas infames, como las biografías de Gacy, Ted Bundy o Ed Gein. Estos monstruos han dado libros y películas como "American Psycho"(mala la novela, peor la película), "La matanza de Texas" (sobrecogedora y excesiva, epítome del gore, inspirada en Ed Gein) y otras, algunas teóricamente reales, otras apócrifas. En nuestra filmografía tenemos una joya no muy conocida del género, "El Cebo" de Ladislao Vajda, sí, el mismo de "Marcelino, pan y vino", una rareza en una cinematografía casposa, una coproducción hispano-suiza de 1958, en que un asesino vestido de negro con sombrero de ala ancha asesina niñas en unos idílicos paisajes alpinos. Tenéis que verla.

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