miércoles, 17 de septiembre de 2008

Educando a los ciudadanos

El año pasado leí un libro del periodista inglés John Hooper acerca de los españoles actuales, "The New Spaniards" ,un libro muy interesante en el que abundaré más adelante. Los comentarios de un extranjero que vive en España son habitualmente más aprovechables que los de los propios españoles, por una cuestión de distancia y perspectiva, y una de las cosas que más me llamó la atención fue su asombro ante el siguiente hecho: el gobierno español, sea del color que sea, lejos de impulsar la autofinanciación de la iglesia católica, a la que ésta se comprometió al principio de la Transición, se dedica a financiar tanto esta Iglesia como el resto de confesiones que se suceden en este país. Esto, para un protestante, es absurdo. Nunca el contribuyentye debe sostener las confesiones privadas de unos o muchos, sino que los propios acólitos son los que deben financiarlas con su propio dinero. Esto es evidente para cualquiera excepto para un porcentaje importante de polacos, italianos y españoles, al parecer.
Sin embargo, se ponen trabas a una asignatura cuya finalidad es que los alumnos aprendan a vivir según los principios democráticos de esta sociedad, y mostrar la pluralidad de ésta. Al parecer, esto es adoctrinar a la gente: hablarle del sistema político en que vivimos, de la necesidad de tolerancia, de las diferentes familias que surgen con las nuevas relaciones personales, de los problemas éticos con que nos enfrentamos (eutanasia, aborto...), etcétera. Realmente ridículo lo del señor Camps en su feudo-comunidad, con esas traducciones simultáneas; realmente bochornoso lo de los papis que objetan porque no quieren que sus pocholitos sepan lo que sucede en la sociedad española, no desean que se imbuyan del espíritu ciudadano, que es muy hortera y muy rojillo. Para Rouco y sus amigos, acaso debamos volver a poner en el currículum la hagiografía y el catecismo, pero esto no es adoctrinar, aparentemente. Entonces, ¿por qué no se rebelaron los obispos cuando se empezó a dar Ética? Pues son contenidos éticos los que se van a impartir, al fin y al cabo. ¿Quién puede objetar a las normas de convivencia de esta sociedad? ¿Quién puede desear que el crucifijo vuelva a presidir las aulas, como si todos los españoles fueran cristianos? ¿En nombre de quién se hace esta cruzada rancia que recuerda tanto a aquella cruzada de la derecha contra el divorcio, derecho al cual los derechistas, por cierto, se apuntaron a la rprimera de cambio? ¿Quién puede negar el carácter laico del Estado a estas alturas? ¿Quién puede negar que dentro del PP, brazo político del obispado, existe una multitud de laicos, ejemplo del cual es la señora Cospedal? ¿Cómo se puede ser tan hipócrita, tan manipulador, comparando derechos civiles inalienables con un adoctrinamiento perverso? Son preguntas retóricas: todos sabemos quiénes son. Son los que quieren que el español vuelva a aprenderse de memoria el catecismo, sea cristiano o no. Véanlos en instantáneas tomadas cuando propusieron objetar la Educación para la Ciudadanía (¡qué francmasona, qué judeo-comunista suena esta nomenclatura!):






Solo espero que sus hijos o familiares objeten (qué verbo más feo, suena al agujerillo del ano), y se queden sin el título académico correspondiente. Por burros. Por retrógrados.

Por último, si yo perteneciera a una secta cristiana que afirmase que los números son obra de Satán (no olvidemos que su cifra es 666, y que esto contamina por fuerza todos los números, primos incluidos) , ¿podría mostrar mi insumisión al currículum de las matemáticas, la física, la química? Se abre una vía apetitosa para los estudiantes.

(La última del polifacético Aznar: sabe de buena tinta que no existe el cambio climático)



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este verano recobre el gusto por la lectura, que si bien nunca lo habia perdido si es cierto que en los ultimos tiempos estaba un tanto atenuado. Y es que, desde hace ya varios años soy bicho de lectura diurna y a ser posible al aire libre, situaciones estas que condicionan mucho el ritmo.
En cuanto a los fracasos, entendiendo como tales aquellos libros que pudieron conmigo (esto antes no me sucedia y los terminaba por encima de cualquier cosa) estan El primer círculo (Alexander Solzhenitsyn)y Beloved (Toni Morrison.
De entre los que llegaron a buen puerto estan El talento de Mr. Ripley y El cuchillo (Patricia Highsmith)para mi gusto mejor el segundo que el primero; dos clasicos a los que que tenia ganas desde hace muchos años: Frankenstein o el Prometeo moderno (Mary Shelley) y Dracula (Bram Stoker), con una humanidad del monstruo que ninguna pelicula ha podido describir en modo alguno;
La catedral del mar (Ildefonso Falcones)adecuado para las vacaciones en Cadiz entre caña y paseo; El último Don (Mario Puzo) adecuado para las vacaciones en Leon entre caña y paseo; La ladrona de libros (Markus Zusak) agradable de leer; El niño con el pijama de rayas (John Boyne) prototipo de un exito comercial que en mi opinion no vale un pimiento, y que terminara en una pelicula de Hollywood probable candidata al oscar; y Ciencia ficcion norteamericana (Frank phoul y otros) curioso sobre todo porque es una recopilacion de relatos de hace mas de 40 años y donde se puede comprobar que el tiempo pasa no solo por las barrigas y michelines: muchos de los avances que cuenta no solo se hicieron realidad sino que se han quedado obsoletos.

Tal vez en los proximos meses haya mas, de momento la cosecha ha sido generosa pero irregular.

Anónimo dijo...

Me gustaria un estado laico. En ese sentido el ejemplo es Francia, pais modelico en muchos aspectos y al que hay que reconocerselo mal que nos pese cuando hacen gala de su grandeur. No estoy de acuerdo con la educacion religiosa en las escuelas(1) pero hay que reconocer que en nuestro sistema educativo son muchos los colegios concertados y estos tienen el origen que tienen. Es imposible, y asi se ha reconocido en mas de una ocasion que el estado pudiera asumir esos centros, no obstante esto no es obice para que la religion tenga caracter de asignatura. Nuestra historia ademas lleva consigo una carga religiosa considerable que es impsible que desaparezca de un dia para otro.
Este circulo es dificil de cuadrar.

Dicho esto tengo que apuntar que educacion para la ciudadania me parece una perfecta estupidez propia de una sociedad sobredesarrollada. La ciudadania o el respeto o como se quiera llamar no se enseña en las aulas si no en cada casa y no son los maestros (que no educadores, fea palabra) sino la familia quien debe impartirla: un sujeto que en pleno Carrefour le va dando gritos a su madre llamandola "vieja" es alguien a quien no le ha educado su familia no el maestro. Y como sigo viendo niños bien educada tengo que concluir que el problema es de los padres no de la escuela.

(1) Allá por el año 1978 salio algun tipo de disposicion, ley o lo que fuese que permitio a los alumnos de BUP quedar exentos de la asignatura de religion si presentaban un escrito firmado por sus padres a la direccion del centro. En el instituto Alvaro de Mendaña de Ponferrada con varios centenares de alumnos (¿tal vez mas de mil?) solo dos imberbes lo plantearon en su casa y tal vez este era el verdadero problema y lo llevaron a cabo. Sus cartillas asi lo atestiguan. Uno de ellos firma el blog, el otro -todavia hoy sorprendido de haberlo conseguido- de vez en cuando participa.