miércoles, 4 de junio de 2008

PSOE: Toda la verdaZ






Me ha contado un pajarito que la calle Ferraz se llamaba Ferrad antes de que ZP se convirtiera en secretario general. Nunca antes una letra (acaso con la excepción de la eñe)había imperado de tal modo en un alfabeto. Hasta creo que hay tortas por conseguir el sillón Zeta de la RAE.
Sin ir más lejos, ayer oí por la radio (yo sigo oyendo la radio, pero ahora parece que todo el mundo la “escucha”; yo creo que al oírla, escucharla va dentro del kit, pero ahora da la sensación de que la gente pega la oreja a los altavoces de la radio como si fuera un artificio misterioso a punto de deflagrar)al alcalde de Vigo, Abel Caballero, hablando de la realidaz de la ciudaz; Pepiño Blanco, ese político incatalogable que cree que fruncir el ceño, entornar los ojos y apretar los labios equivale a decir verdades como puños, sigue también la estela del presidente, dando datos de gran veracidaz y rigurosidaz, y eso que es gallego, y no leonés (me refiero a su pronunciación, quede claro). Es curioso: antes la gente se esforzaba por hablar un castellano neutro en público, y ahora la gente se esfuerza grandemente en exagerar los dejes y peculiaridades de su tierra: si no me creen, fíjense en los corresponsales de TVE en las comunidades.
Pues eso, que Zapatero está dejando su impronta en sus seguidores y correligionarios, en la dicción, pero también en la oratoria y en el lenguaje corporal. ¿Son estas buenas noticias? ¡¡Nooo!! El lenguaje corporal de ZP es similar al de una marioneta cuyas única parte articulada es el codo. ¿Es algo personal e intransferible? Tampoco. Fíjense en Touriño, en el mismo Blanco, en mi admirada y sepulcral De la Vega, incluso en Alonso, uno de mis políticos favoritos. Todos emulan la cadencia corporal del presi, esa que tanto me recuerda al hieratismo ortopédico de los Thunderbirds (¿se acuerdan?). Para ser creíble hoy en día si eres del PSOE tienes que elevar los codos a la altura de las costillas y mover los antebrazos arriba y abajo como si Mari Carmen la de los muñecos te estuviera manejando. Ay, mamá. Casi prefiero los dedos acusadores.
¿Y la oratoria? El contagio del virus Zapatero afecta a su partido de modo preocupante. Yo sospecho que ZP hablaba un ignoto lenguaje silábico de pequeño, y eso se refleja en el castellano que expresa hoy en día. Ese virus afecta, una vez más, a Pepiño Blanco (¡qué pesadez! ¿O era pesaded? Me estoy liando), a De la Vega, a Touriño, Chacón y a muchos otros, creo que casi todos a excepción de la vieja guardia y Aguilar, el apuesto canario que Soraya Sáenz de Santamaría no cambiaría por Rajoy, dixit la propia Soraya (mucho hay que mentir en política, válgame Zeus). Bendita sea la vieja guardia.
Admítanlo, zapaterómanos. Uno ve los vídeos de Guerra y González y, comparado con los oradores actuales, aquello es la Feria de Abril. Hasta Carrillo, que era lento, pot otro lado era astuto, sutil, y disparaba con bala. Hasta Fraga, incomprensible en un 70% de su discurso, transmitía emociones, o Suárez, de tendencias hieráticas asimismo, te soltaba aquella frase memorable de “todo lo posible y el 90% de lo imposible” que quedó para los anales. ZP, reconozcámoslo, es el tedio hecho plática, casi casi al nivel de los discursos institucionales del monarca, aunque eso es una marca tan difícil de batir como el de 100 metro lisos; ZP es como ver un partido de fútbol de la serie B italiana, como un concierto de digeridoo, como una película de Eric Rohmer... una pesadez, afirmo.



Y eso que en estos cuatro años de trincheras el presidente ha mejorado lo suyo: ha ido perdiendo el halo franciscano de "muérdeme, hermano lobo"; pero aún está en el “Necesita Mejorar” más que en el “Progresa Adecuadamente”. ZP precisa de diez minutos para decir “supercalifragilisticoespialidoso”. Que conste que lo digo sin maldaz, pero sin faltar a la veradidaz.
¿No hay un asesor, pues, que le asesore? ¿No se da cuenta de que si uno no se duerme con él es porque los rivales le están insultando ferozmente? ¿Por qué, entonces, no escogen otro modelo oratorio?
Yo, y creo que casi todos, optaría por el ejemplo de un hombre calvo, delgado, ágil mental y oralmente, avieso cuando es necesario, malévolo cuando se precisa, eficiente como la tecnología alemana, demoledor cuando hay que serlo, imbatible en un debate o réplica, listo como un ajo (es lo que se dice en Galicia de los listos), hábil como pocos, curtido en mil batallas. Tiene barba, es de la vieja guardia, acérrimo del Real Madrid (¡viva!) y los rivales lo temen y puede que hasta lo respeten. ¿Quién es? Sí, aquí lo tienen. ¡Oh, es él! ¡Mi héroe! No miento. Es la verdaz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No soy un integrista defensor del buen uso del idioma (ni de las buenas costumbres, ni de muchas otras cosas llamadas buenas), pero hay fenómenos del lenguaje que me producen ataques de pánico. Sobre todo al ver de que bocas salen y no por su valía, mas bien por su representatividad.

Me impacta, molesta –y mucho– oír a personajes (y nunca mejor dicho) de la vida pública nacional maltratar una y otra vez el idioma. Políticos, deportistas, todos aquellos que mayor proyección tienen e inclusive los mismos periodistas desconocen la manera correcta de usar el lenguaje.

Grave, si tenemos en cuenta que –por lo menos en teoría– muchos de ellos cuentan con títulos universitarios. Ya se que no debería tener mucho que ver, la gramática no es o no era, una disciplina que se aprendiese en la Universidad, pero añade un plus al resquemor que me producen estas situaciones. Bastaría un pequeñísimo esfuerzo y un tanto de concentración para dejar de asolar el idioma y de abolir caprichosamente ciertas reglas
del lenguaje

Por otro lado el español actual está sometido a la presión de las lenguas dominantes, así como a las innovaciones tecnológicas. Muchas veces hasta los más cultos dudan ante determinadas palabras o usos.

Por otro lado la invasión de los teléfonos móviles ha generado una curiosa, al menos para mi, paradoja. La casi desaparición a la que había llegado el correo postal ha revertido en un abusivo uso de los mensajes que ahora mismo se usan para todo. Cuando antes dos amigos se despedían era fácil que la conversación terminase con una cita para el día siguiente. Ahora no. La cita se establece apenas dos minutos después de la despedida y se realiza mediante el correspondiente mensaje al móvil. Todo ello claro está al margen del (ab)uso de las nuevas reglas mnemotécnicas de kdmos, tnmos, bs, +, ....etc

En su día y debido a una duda descubrí la fundación de español urgente, institución sin ánimo de lucro cuyo principal objetivo es el buen uso del idioma español. Contacté con un foro en el que una serie de personas de la mas variada condición hacían del debate sobre las normas y usos de nuestra lengua un pequeño y entretenido vicio. Aquello y la serie de artículos en EL PAÍS, con los que los lectores disfrutábamos con la fina ironía de Fernando Lazaro Carreter (y !!!que sorpresa!!!, acabaron dando forma a todo un best seller como fue El dardo en la palabra) tranquilizan en buena medida. Tal vez no todo este perdido.

(Como atención especial al autor del blog, hace unas semanas escuche en la radio un programa sobre los peligros de los traductores automáticos radicados en internet, y la aplicación de los mismos a las cartas de los restaurantes. Baste un ejemplo

Rape a la marinera = Rape at the fisherman way

y para aquellos que aun no hayan caído, que busquen el significado de rape en un diccionario de ingles. Luego basta con dejar volar la imaginación)